Introducción a la Observación

La primera vez que se mira al cielo en una noche despejada no se sabe qué mirar. Hay tanto allí arriba que no tienes ni idea a dónde apuntar con tu nuevo telescopio o dónde fijar la vista. Para hacer más agradable el primer contacto con la astronomía hay que considerar la información existente en cartas celestes, guías, manuales o revistas.

Suelen sorprender las noches de invierno. Recuerdo que con mi telescopio nuevo enfoqué una estrella de las dos más brillantes que había, torneé el ocular y la imagen se hizo más nítida, aquello que vi no era una estrella, ¡era Júpiter!. Las primeras observaciones están llenas de magia y de ilusión. En esta sección te ayudaremos a empezar a observar de forma correcta y si ya eres un experto, te aconsejaremos para hacer tus observaciones más científicas.

El Primer Contacto

Lo primero que se nota al observar el cielo nocturno es la variedad que nos brinda la naturaleza. No todas las estrellas presentan el mismo color ni brillo, ni se distribuyen de manera uniforme en el cielo; es más, no todo lo que hay allí arriba son estrellas.

La visión nocturna es muy distinta a la diurna, y precisa de una adaptación derivada de un lento proceso químico que procura a nuestros ojos una agudeza máxima al cabo de veinte minutos. Así pues, tómate tu tiempo para adaptar tus ojos antes de realizar una observación y sobre todo, emplea una linterna roja ya que la intensidad de una linterna convencional destruiría el proceso químico de adaptación de nuestros ojos.

No observes desde cualquier parte e intenta dar con un sitio suficientemente alejado de la polución luminosa, pues es obvio que si te pones a observar debajo de una farola no verás la mayoría de las estrellas aquí descritas...

Finalmente, en invierno abrígate bien.

Al mirar las estrellas descubrirás que no todas son blancas. Las hay de tonos rojos, que son más frías y viejas que nuestro sol. Las estrellas azuladas son más calientes y más jóvenes. Pero también se dará cuenta de que en el cielo hay ciertos astros que poseen un brillo más llamativo y potente que otros. Lo más probable es que algún objeto de esos sea un planeta; si tiene un telescopio, apunte y mire. Puede que ese planeta aparezca en una fase como la Luna. El planeta puede incluso tener anillos. Si ve anillos a su alrededor, no hay duda de que está observando Saturno. Para las primeras observaciones los planetas tienen prioridad. La Luna es el primer objeto que uno debe observar, incluso en el cielo de una gran ciudad con contaminación lumínica se pueden observar las fases de la Luna. La Luna llena brilla mucho y su resplandor anula a todas las estrellas circundantes.

Observar a Simple Vista

Uno suele extrañarse cuando oye hablar de la astronomía a simple vista, hay una gran imagen de que esta ciencia necesita de la ayuda de grandes aparatos, pero no es así, el ojo es una herramienta de observación fabulosa.

Con nuestra vista podemos distinguir gran cantidad de contrastes, desde el enorme brillo del Sol hasta el débil brillo de una estrella distante.

Algunos espectáculos más bellos del firmamento se producen en nuestra propia atmósfera: la luz que pasa entre las nubes, los relámpagos, el arco iris... Los halos solares y lunares son anillos alrededor del Sol y de la Luna que se producen cuando la luz se refracta a través de las nubes altas. También cuando las partículas cargadas procedentes de nuestra estrella entran e interaccionan con la parte alta de la atmósfera se produce un resultado apasionante, un despliegue de luces. Estas luces son mucho más visibles en lugares próximos a los polos magnéticos de la Tierra y se conocen como auroras boreales y auroras australes.

Las auroras pueden adoptar formas curiosas, la más típica y simple corresponde a un resplandor verdoso que aparece como una neblina próxima al horizonte. También puede aparecer en forma de cortinas.

Los satélites artificiales lanzados por agencias espaciales de numerosos países pueden ser observados a simple vista en una noche despejada. Destaca más en las primeras y últimas horas de la noche. Es posible encontrar tablas de horarios de visibilidad de los satélites de la NASA y también de la Estación Internacional; en el cielo se ven como estrellas que se mueven rápido y que despiertan gran curiosidad al observador.

Observar cómo se mueven los planetas resulta un pasatiempo fascinante. Hay un truco rápido y fiable para saber distinguir un planeta en el cielo. Los planetas tienen un brillo elevado debido a su proximidad a nosotros y por ello no parpadean o titilan. Las estrellas están muy lejos y su brillo nos llega débilmente, por lo que cuando su luz pasa por nuestra atmósfera se producen fenómenos ópticos que hacen que parpadeen. Entonces, por norma general, si algo en el cielo parpadea es una estrella; si no parpadea y es muy brillante, es un planeta.

Es interesante hacer un seguimiento semanal de la posición de un planeta en el firmamento. Si hay dos planetas cerca puede resultar hasta divertido. Al hacer esto descubrirá cómo se mueven los planetas. Cuando un planeta alcanza su temporada de mejor visibilidad permanece la mayor parte del tiempo de la noche en el cielo, se dice que está en oposición, es decir, está en el lugar del cielo opuesto al Sol. En este momento ocurre algo extraño: el movimiento hacia el este del planeta entre las estrellas se hará más lento hasta llegar a detenerse y posteriormente parecerá que el planeta va hacia atrás durante cierto tiempo.

Es sorprendente lo poco que solemos reparar en las fases de la Luna y lo importantes que son. Observar nuestro satélite natural es agradable pero errónea la idea de pensar que la Luna llena representa el mejor momento de observación de nuestro satélite. Falso, al igual que en la Tierra, las sombras favorecen que los rasgos lunares destaquen con mayor claridad.

A simple vista, ¿cuántos rasgos puede distinguir en la Luna? En fase llena varias planicies grandes y oscuras (conocidas como mares), y, a medida que la fase cambia, se tornan visibles diferentes aspectos de estos rasgos.

Finalmente, observar las lluvias de estrellas desde un lugar cómodo del campo es una tarea confortable. Siempre se verán más meteoros si se observa desde un lugar muy oscuro; es agradable echarse sobre el suelo y mirar boca arriba el firmamento. Las noches de agosto son las más propicias. La observación seria de meteoros depende de que las condiciones del cielo se mantengan tan estables como sea posible. Si pretendemos registrar una tasa horaria, basta con utilizar un contador mecánico que vayamos presionando cada vez que divisemos un meteoro. Con una cámara de video la tarea se hace más fácil.

Registro de Observaciones

La observación consta de dos partes: observar y anotar. No puede hacer una sin otra, ya que las observaciones que solo se guardan en la mente no son observaciones y no existe información para consultar en un futuro. Al iniciarse en la observación de los astros y fenómenos astronómicos debería desarrollar el hábito de apuntar lo que ve en un cuaderno. La toma de registros sirve para tres propósitos: para uno mismo, para otros, para la prosperidad.

El Cielo Mes a Mes

Julio

Eventos astronómicos destacados para Julio: Lluvias de meteoros Perseidas (pico a finales de mes), Júpiter visible al anochecer.