2015-2019
La Geografía es una ciencia de percepción, es un saber dinámico y transversal. Cuatro años de estudio que sólo son el principio de otra aventura mucho más grande.
2015-2019
La Geografía es una ciencia de percepción, es un saber dinámico y transversal. Cuatro años de estudio que sólo son el principio de otra aventura mucho más grande.
La braña El Gumial se localiza al pie de los picos Nogales, Alba y Fuentes, en el extremo oriental del concejo de Aller. Es una braña alta, de uso estival, con una altitud media de 1328 m. La braña o “mayau” representa la vida pastoril que durante siglos formó parte de la tradición y cultura de las poblaciones de montaña. Recibe su nombre del río El Gumial o del Alba, que la atraviesa, y que nace a partir de las aguas de escorrentía. Por su localización en un ámbito de media-alta montaña, se espera que las características del río Gumial respondan a un régimen nivopluvial o pluvionival; por tanto, su caudal estaría regulado en buena medida por los aportes nivales. Las montañas que rodean a la braña y el propio valle El Gumial presentan claros signos de erosión glaciar, existiendo varios circos glaciares y un valle de marcado perfil transversal en “U”. En las áreas culminantes son bien visibles las huellas del periglaciarismo experimentado desde la retirada de los hielos de la Última Glaciación.
El paisaje vegetal de esta área de montaña es muy variado. Los bosques protegen y abrigan el territorio, y en su día desempeñaron un papel vital para la vida humana. El Hayedo El Gumial es una magnífica muestra de lo que es un frondoso bosque asturiano. Este hayedo tapiza las caras norte y oeste del Monte La Llana, y en apenas 190 hectáreas ofrece a quien lo visita un sinfín de sensaciones. Dentro de él, y en altitudes que oscilan entre los 800 y 1700 metros, se suceden hayas (Fagus sylvatica) (algunas de ellas superan los doce metros) acompañadas de acebos (Ilex aquifolium), helechos (Dryopteris corleyi), “ajos de los osos” (Allium ursinum), arándanos (Vaccinium myrtillus) y musgos. El haya genera un ambiente umbroso al impedir que gran parte de la luz solar llegue al suelo. Sus ramas se dispersan horizontalmente, es decir, en disposición paralela al suelo, y las copas bloquean los rayos del sol, los cuales difícilmente llegan al suelo. Esto hace que en el sotobosque del hayedo sólo puedan desarrollarse especies adaptadas a estas condiciones de sombra. Las zonas más bajas del hayedo se funden con castaños (Castanea sativa), fresnos (Fraxinus excelsior), nogales (Juglans regia), avellanos (Corylus avellana) y entran en contacto con el hombre. Durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, las talas abrieron claros para la obtención de madera y la ampliación de los prados y huertas.
La subida del ganado a la braña ocurría el 1 de junio. Para llegar a la braña había que salvar un desnivel de más de 500 metros. Desde el pueblo de Cuevas los vaqueros caminaban hasta el entronque con el río San Isidro en El Carrozal (830 m.) tomando un camino que se dirige al este. Cruzaban el puente de madera sobre el río para llegar a la otra vera, y desde ahí tomaban la pista hasta La Llana donde se situaban los invernales, es decir, los asentamientos ganaderos más próximos al pueblo en los que pastaba el ganado. Una vez agrupados los animales, fundamentalmente vacas y algún caballo, por un sendero de tierra y piedra que asciende atravesando el hayedo El Gumial recorrían algo más de 2.5 km hasta llegar a la braña (1328 metros), escondida entre los imponentes picos. Los vaqueros subían a diario a la braña para ordeñar y atender al ganado, pernoctando en las cabañas y bajando al día siguiente al pueblo con la leche recolectada para venderla en el mercado. En septiembre, condicionado por las condiciones climáticas, el vaquero descendía de nuevo el ganado al valle.
El concejo de Teverga es un auténtico jardín botánico. Es una zona fácilmente accesible desde Gijón y Oviedo, y permite contemplar hermosas praderas en la que conviven viejas construcciones y un sin fin de animales domesticados por el hombre.
Teverga forma parte del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, y destacan tres ecosistemas: las zonas boscosas, las cumbres y macizos rocosos, y los valles. Teverga está cubierta por extensos bosques de robles y hayas. A estos bosques se les intercalan brañas y pequeños pueblos tradicionales.
Partiendo de San Martín de Teverga se puede hacer una caminata que recorre parte de la senda del oso y que permite tener increíbles panorámicas. El contraste lo marca la masa caliza de sierra Sobia y la Foz de la Estrechura. Durante la caminata aparecen plantaciones de castaños que poco a poco ganan terreno al robledal y al bosque mixto.
Teverga es un mundo tranquilo y a la vez duro, ya que debido a las alturas de sus montañas habitualmente se produce el fenómeno de inversión térmica. Durante el invierno se acumulan varios metros de nieve y sus árboles pierden la hoja. En la primavera las hojas de los árboles nuevamente vuelven a aparecer. El verano es caluroso y apetecible. Sin embargo, el otoño es espectacular por su colorido.
A partir de la Foz de la Estrechura se abre el “Valle del Privilegio” y aparece el bosque. Se puede apreciar la variedad de árboles que hay en esta etapa: robles, hayas, acebos, tejos; también aparecen las praderías. En los alrededores del pueblo de La Fociella, Páramo o la Villa de Sub, se pueden conocer los lugares más antrópicos del valle.
Otra opción para los amantes del senderismo es la ruta por el Hayedo de Montegrande, que atraviesa una de las mayores manchas forestales de Asturias. El Hayedo de Montegrande es excepcional y permite descubrir las diferentes especies que integran su sotobosque. Posee un sendero de fácil acceso que recorre hayas, serbales, acebos, helechos… En el puente sobre el río La Verde se toma el desvío a la izquierda hacia la Cascada del Xiblu. Se trata de un espectacular conjunto de cascadas desarrolladas en un relieve muy verticalizado, donde se desploma el agua (70 m.).
El Lago de Sanabria es, por sus dimensiones y por su origen un caso único en la Península. Se formó hace unos 10000 años como consecuencia de la intensa acción erosiva de los glaciares del período Würmiense, al final del Cuaternario, debido a la sobreexcavación del valle y al represamiento de las aguas del río Tera por la acumulación de materiales transportados por la lengua glaciar que entonces existía.
Para estudiar la comarca sanabresa, hemos realizado un viaje de dos días (pernoctando en hotel), para ver de manera práctica los conceptos adquiridos en el aula. Hoy en día el lago de Sanabria constituye el eje central de la comarca, que tradicionalmente se ha dedicado al cultivo de la patata, vid y cereales. En la actualidad, las actividades económicas han cambiado radicalmente y hoy se explota el turismo rural.